
Análisis literario A La Deriva- Horacio Quiroga
A la Deriva, sin duda es una obra narrada por Quiroga un escritor con una gran imaginación; pero sobre todo con la capacidad de transformar un hecho tan sencillo como una mordedura de serpiente en una historia rica en figuras literarias que la hacen mágica tal como es la metáfora.

Y siguió desvariando mientras la canoa descendía por las corrientes del Paraná; quizá al morir el dolor había desaparecido, quizá no notó el instante de la muerte y hoy aun sigue en las corrientes del río buscando ayuda, mientras su cadáver descansa en una canoa que viaja, a la deriva.
La parca se enrolló sobre sí misma y esperó paciente su víctima, quien en un paso descuidado recibió una mordedura que le hizo transitar por el sendero oscuro que conduce a la muerte.
La extrañeza de su cuerpo, era igual a la extrañeza de nuestros sentidos al leer esta peculiar historia en donde paulino, es un personaje a quien Horacio Quiroga da vida en este relato; pero la muerte le persigue por un camino agonizante desde el instante mismo en que comienza la historia.
A la Deriva, sin duda es una obra narrada por Quiroga un escritor con una gran imaginación; pero sobre todo con la capacidad de transformar un hecho tan sencillo como una mordedura de serpiente en una historia rica en figuras literarias que la hacen mágica tal como es la metáfora.
Los momentos en los que estuvimos leyendo la obra, parecía un poco confusa pero al adentrarnos en los hechos se volvió interesante por su gran riqueza descriptiva. “el Paraná corre allí en fondo de un inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien metros encajona fúnebremente el río. Desde las orillas, bordeadas de negros bloques de basalto, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, la eterna muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones agua fangosa.

Horacio Quiroga; narra esta historia con un notable suspenso, que se desenvuelve sobre la frágil línea entre la vida y la muerte, mientras paulino se aferra a la vida, el veneno de la víbora surca sus venas destruyéndole todo a su paso, el lector suele preguntarse, ¿Qué pasará? ¿Morirá aquel hombre?...
Y siguió desvariando mientras la canoa descendía por las corrientes del Paraná; quizá al morir el dolor había desaparecido, quizá no notó el instante de la muerte y hoy aun sigue en las corrientes del río buscando ayuda, mientras su cadáver descansa en una canoa que viaja, a la deriva.
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